SENSIBILIZACIÓN ENCUBIERTA
Consiste en repeticiones imaginadas de la conducta-problema apareada con eventos simbólicos aversivos.
El objetivo es provocar algún grado de inhibición en comportamientos potencialmente dañinos y que el paciente no desea, como por ejemplo, tomar alcohol, fumar, comer compulsivamente o algunas desviaciones sexuales como la pedofilia.
Este procedimiento resulta una suerte de Desensibilización Sistemática a la inversa, ya que lo que se intenta es que el individuo experimente cierto grado de ansiedad frente a esos comportamientos no deseados o patológicos de modo tal que se inhiba la ocurrencia de los mismos.
La técnica está dirigida a alterar las representaciones simbólicas o mediadores de la actividad no deseada, de esa manera, su efectividad depende de que esa conducta posea tales mediadores, es decir, que no estemos frente a una conducta automática.
Generalmente, se la utiliza en adicciones hacia la última fase de tratamiento, cuando se intenta que el paciente adquiera autocontrol ante los entornos que lo puedan llevar a una recaída.
Generalmente, se la utiliza en adicciones hacia la última fase de tratamiento, cuando se intenta que el paciente adquiera autocontrol ante los entornos que lo puedan llevar a una recaída.
Por ejemplo, a quien padece de alcoholismo se lo induce a imaginar situaciones donde hay gente bebiendo seguidas de otras que él experimente como aversivas, que le den asco o le desagraden mucho. De esa manera, se debilita la apetencia por consumir en contextos similares a los imaginados.
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